Casi dos meses sin escribir, ¡un nuevo record personal!.
Aprovechando un momento de reflexivo insomnio les traigo un pequeño escrito, muy ligero, con mis claros toques pretenciosos para endulzarlo (o agriarlo, si no te agrada lo dulce [en cuyo caso estas clinicamente demente]).
Eso si, les advierto, tiene una gran carga emocional de "fin de semana terrible".
Aprovechando un momento de reflexivo insomnio les traigo un pequeño escrito, muy ligero, con mis claros toques pretenciosos para endulzarlo (o agriarlo, si no te agrada lo dulce [en cuyo caso estas clinicamente demente]).
Eso si, les advierto, tiene una gran carga emocional de "fin de semana terrible".
Una gran broma
¿Y si la vida fuese
una broma?
A mi me lo parece. Naces, creces,
mueres.
Tiene un aburrido
principio, un inquietante nudo,
Casi siempre un desabrido
final
Un chiste sin
gracia que mancha una obra con potencial.
¿Oíste de
Alejandro el Grande?
Señor de
Macedonia, de Persia, de Egipto, de Alexandria.
Murió de fiebre en
su momento de mayor gloria.
¿Qué puede ser más
gracioso que eso?
Quizás el amor de
una madre que odias, o el deseo por mujeres que te rechazan,
Hasta la admiración
de aquellos que ni conoces.
Me veo cada mañana
al espejo,
Veo cansancio
oculto tras un par de ojeras,
Ira escondida tras
un rostro agotado,
Justificado arrepentimiento.
Y cada noche
pienso y sueño,
Pienso en vivir, y sueño como hacerlo.
Mi gran broma no
se ha terminado aún,
Y tal vez cuando
lo haga, el mundo la confunda con algo serio.