Debo decir que me encanta lo
contradictorio y redundante del título de esta entrada, se suponía en un
principio que sería un alegoría a mi intento de hacer un mejor artículo
que el anterior; ¿pero para que mentir?, realmente es solo una (viniendo de mí,
no tan) vulgar carnada para atraer la atención de algún lector que se
acerque a este sitio. Si has llegado a este punto, funcionó, y mi hermoso
contador de visitas aumentará ¿Genial, verdad?
Bueno, hoy
podría escribir sobre algún tema que puede (o no) interesarles,
que puede (o no) gustarles, alguno que revele los más grandes secretos del
universo o por el contrario aburrirles con algún detalle sobre mi
(tal vez hasta contarles mi secreta doble vida como MouseMan). Al final me
decante por "La dualidad".
"¿La dualidad
de qué?" De esta ciudad en donde vivo, y su retorcido sentido del
humor:
Ayer en la
tarde, habiendo terminado una clase de batería, frustrante como pocas
cosas, me dispuse a dirigirme hacia casa de un amigo que vive en la
zona histórica de la ciudad, y como no, todo el pequeño plan se
arruina gracias al clima, una inesperada lluvia aparece y me obliga a
refugiarme junto a un grupo de personas (y un poodle). El lugar se vuelve un
sitio que invita a meditar, a recordar viejos fantasmas, algo depresivo (un
cielo gris, mucha lluvia y estar atrapado con
extraños también ayuda). La lluvia cesó, y esa aura depresiva dio
paso a un bello ocaso con dos vistas increíbles, por un lado un hermoso sol ocultándose detrás del rió Orinoco,
iluminando con sus últimos rayos de alegría el puente sobre
él; al otro lado una visión del jardín botánico de la
ciudad, sus árboles formaban una sombra donde los autos
se adentraban, guiados solo por sus luces, y el deseo de sus dueños
de avanzar. La doble escena fue acompañada por una muchacha, que de un momento
a otro comenzó a tocar la canción Venezuela (sí, pongo el link porque tengo lectores de otros países, bendito sea el internet) con su
violín. Mágico momento sin duda.
Después de todo
ese cursi texto, se preguntaran: "¿Qué hay de dual en ello?". Para mi desgraciada y quizás, solo quizás para su satisfacción mis amigos, una
camioneta paso con una canción de reggeaton a todo volumen, destrozó el bello
momento, me recordó que el transporte público pronto dejaría de
pasar y que tenía mucha hambre y poco dinero.
Saqué algo
importante de todo esto: Si algo te gusta, no te quedes mucho
tiempo admirándolo, porque es seguro que el destino tiende a ser cruel y
hará que algún insensato aparezca y te lo arruine.
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