domingo, 12 de mayo de 2013

Superando la Insuperabilidad de lo Insuperable

Debo decir que me encanta lo contradictorio y redundante del título de esta entrada, se suponía en un principio que sería un alegoría a mi intento de hacer un mejor artículo que el anterior; ¿pero para que mentir?, realmente es solo una (viniendo de mí, no tan) vulgar carnada para atraer la atención de algún lector que se acerque a este sitio. Si has llegado a este punto, funcionó, y mi hermoso contador de visitas aumentará  ¿Genial, verdad?

Bueno, hoy podría escribir sobre algún tema que puede (o no) interesarles, que puede (o no) gustarles, alguno que revele los más grandes secretos del universo o por el contrario aburrirles con algún detalle sobre mi (tal vez hasta contarles mi secreta doble vida como MouseMan). Al final me decante por "La dualidad".

"¿La dualidad de qué?" De esta ciudad en donde vivo, y su retorcido sentido del humor: 

Ayer en la tarde, habiendo terminado una clase de batería, frustrante como pocas cosas, me dispuse a dirigirme hacia casa de un amigo que vive en la zona histórica de la ciudad, y como no, todo el pequeño plan se arruina gracias al clima, una inesperada lluvia aparece y me obliga a refugiarme junto a un grupo de personas (y un poodle). El lugar se vuelve un sitio que invita a meditar, a recordar viejos fantasmas, algo depresivo (un cielo gris, mucha lluvia y estar atrapado con extraños también ayuda). La lluvia cesó, y esa aura depresiva dio paso a un bello ocaso con dos vistas increíbles, por un lado un hermoso sol ocultándose detrás del rió Orinoco, iluminando con sus últimos rayos de alegría el puente sobre él; al otro lado una visión del jardín botánico de la ciudad, sus árboles formaban una sombra donde los autos se adentraban,  guiados solo por sus luces, y el deseo de sus dueños de avanzar. La doble escena fue acompañada por una muchacha, que de un momento a otro comenzó a tocar la canción Venezuela (sí, pongo el link porque tengo lectores de otros países, bendito sea el internet) con su violín. Mágico momento sin duda.

Después de todo ese cursi texto, se preguntaran: "¿Qué hay de dual en ello?". Para mi desgraciada y quizás, solo quizás para su satisfacción mis amigos, una camioneta paso con una canción de reggeaton a todo volumen, destrozó el bello momento, me recordó que el transporte público pronto dejaría de pasar y que tenía mucha hambre y poco dinero. 

Saqué algo importante de todo esto: Si algo te gusta, no te quedes mucho tiempo admirándolo, porque es seguro que el destino tiende a ser cruel y hará que algún insensato aparezca y te lo arruine.

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